Estaba yo de compras en el Atlantis,
y decidí comerme una empanadita que estaba riquísima, pero
me sentó mal y tuve que correr al baño. Desafortunadamente, todos los baños estaban ocupados y tuve que esperar unos minutos. Al fin uno quedó libre y pude entrar. Estando adentro, el señor de al lado dijo: -Hola, ¿qué estás haciendo? Me quedé tan sorprendido con semejante pregunta que no sabía si insultarlo o ser lo más cortés posible y decidí contestarle. -Pues aquí, haciendo compras para mis hijos. - ¿Y se puede saber de qué se trata? -preguntó el señor de al lado. -Sí, claro -contesté de nuevo un poco extrañado- son unos juegos para el computador. -Supongo que andas detrás de algo bueno. -dijo el señor con seguridad. -Sí, bueno... -contesté totalmente arrepentido de haber dado pie a esta conversación -eso espero ya que no me gusta comprar cosas malas... -¿Sabes qué?... -dijo muy furioso el señor. Te llamo después; se le está acabando la pila a mi celular y aquí al lado hay un idiota que contesta a todo lo que te pregunto. |