Tres viejitas vivían juntas
en una casa pero ya estaban tan entraditas en
años que se les olvidaba todo. Una de
ellas, la más joven que tenía
unos 88 años, estaba desesperada porque
pasaban una vida muy aburrida. Un día
les dijo a las otras: Les propongo que hagamos algo para divertirnos un poco. Demos una vuelta por el Unicentro, entremos a un buen restaurante y pidamos un ajiaco bien rico. Sus amigas pusieron felices y se fueron a arreglar. Una de ellas empezó a subir las escaleras rápidamente pero en la mitad, se detuvo y se quedó pensando unos minutos. Luego dijo: ¿Yo estaba subiendo o bajando las escaleras? La otra empezó a desabotonarse el vestido pero de repente, paró y unos minutos después, dijo: ¿Yo me estaba vistiendo o me estaba desvistiendo? La más joven, que las estaba mirando, dijo muy triste: ¡Ay! Pobres mis amigas. Ojalá, yo nunca llegue a ese estado. ¡Tocar madera! Y dio tres golpecitos sobre una mesa. Después de algunos segundos, pregunta en voz alta: ¿Quién estará golpeando a estas horas? |