EDUARDO SANTOS MONTEJO

Lugar y fecha de nacimiento: Bogotá, 28 de agosto de 1888
Lugar y fecha de su muerte: Bogotá, 27 de marzo de 1974

Presidente de la República de Colombia
Período presidencial: 1938-1942



Nombre completo: Eduardo Santos Montejo
Esposa: Lorenza Villegas Restrepo
Hijos: Clara (Murió cuando tenía 3 años).
Padres: Francisco Santos Galvis y Leopoldina Montejo Camero

Historiador, político y periodista. Presidente de la República de Colombia de 1938 a 1942.
Sobrino nieto de la heroína de la Independencia Antonia Santos, sus padres fueron Francisco Santos un muy acaudalado y prestigioso abogado santandereano y la dama boyacense Leopoldina Montejo.
Al morir su padre, Eduardo Santos y su hermano Enrique, herederos de su fortuna, pudieron llevar una vida cómoda. Se educaron en buenos colegios capitalinos y en universidades europeas.
Eduardo Santos comenzó sus estudios en el Colegio de Nuestra Señora del Rosario, obtuvo el título en Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Nacional en 1908 e hizo especializaciones en Literatura y Sociología en la Universidad de París, años más tarde.
En 1909 se inició como escritor y periodista, al lado de Tomás Rueda en una publicación que se llamaba la Revista, órgano de difusión política, literaria e histórica. Desde allí, empezó a consolidar su larga carrera ante la opinión pública colombiana, que luego continuaría en las columnas del diario El Tiempo, periódico fundado en 1911 por su futuro cuñado, Alfonso Villegas.
En 1913 Santos compró El Tiempo. Desde ese momento y hasta 1938, se dedicó de lleno al periódico como único autor y responsable de toda la edición; fue una empresa familiar y así se mantuvo, porque no quiso dar participación a nadie en el negocio. Este diario fue el órgano de difusión de sus ideas políticas.
Paralelamente a su actividad periodística, Santos fue nombrado en 1910 oficial mayor del Ministerio de Relaciones Exteriores, y luego, jefe del Archivo Diplomático Consular.
Santos compartió plenamente los criterios del naciente Partido Republicano que había convocado a la Junta Conciliadora, y desde las columnas de El Tiempo difundió y celebró la convocatoria.
En 1929 fue nombrado director de la campaña electoral de Olaya Herrera, quien llevaba ocho años como delegado colombiano en Washington. Nadie mejor que Olaya (funcionario permanente de los gobiernos conservadores) para ejercer un gobierno de transición, que no provocara demasiados recelos entre éstos.
Bajo el gobierno de Olaya, Eduardo Santos ocupó varios puestos públicos: canciller de la República, delegado de Colombia a la Asamblea de la Sociedad de Naciones, enviado extraordinario y ministro plenipotenciario ante todos los gobiernos de Europa, consejero municipal de Bogotá y gobernador de Santander. Fue también diputado a la Asamblea de Cundinamarca, representante a la Cámara y dos veces presidente del Senado.
En cumplimiento de su tarea como ministro plenipotenciario y enviado extraordinario ante los gobiernos de Europa, Santos buscó y obtuvo asesoría de expertos internacionalistas, y creó simpatías por la causa colombiana en los círculos intelectuales de Europa y América.
En mayo de 1933 se firmó un tratado con el Perú, que puso fin a las hostilidades entre los dos países. Por disposiciones de la Asamblea, se reunió en Río de Janeiro la conferencia que suscribió el protocolo del 24 de mayo de 1934; este documento consagró la vía jurídica como único medio de dirimir los conflictos internacionales.
Siendo presidente del congreso en 1936 firmó la reforma a la constitución. En 1937 asistió a una nueva reunión de la Sociedad de Naciones y en 1938, fue elegido presidente de la república, cuando murió Enrique Olaya Herrera.
En el plano nacional, frenó muchas de las reformas que se estaban gestando desde la primera administración de Alfonso López Pumarejo.
Santos creó el ministerio del trabajo y los días de descanso, como domingos y feriados, Creó el Instituto de Crédito Territorial, fomentó la creación de granjas industriales, fundó la Escuela de Policía General Santander, la Radiodifusora Nacional de Colombia en Bogotá, y varios cuarteles en Tunja, Manizales y Pamplona.
Al finalizar su presidencia en 1942, volvió a dedicarse a su periódico. Fue nombrado miembro de la Academia Colombiana de Historia, de la cual fue su presidente en varias ocasiones. En 1946 abandonó el país con la llegada al poder del conservador Mariano Ospina Pérez, pero regresó en 1948.
La fuerte crítica de Santos desde El Tiempo a la dictadura Gustavo Rojas Pinilla en 1954 hizo que este último clausurara el periódico.
En 1959 viajó a Nueva York donde murió su esposa, y finalmente volvió a Bogotá en 1960. A su regreso se dedicó a las obras de beneficencia de su esposa y a su profesión de periodista en su propio diario.
Eduardo Santos murió a los 85 años en Bogotá.