MIGUEL ANTONIO CARO

Lugar y fecha de nacimiento: Bogotá, 10 de noviembre de 1843
Lugar y fecha de su muerte: Bogotá, 5 de agosto de 1909

Presidente de la República de Colombia
Período presidencial: 1892 - 1898



Nombre completo: Miguel Antonio José Zoilo Cayetano Andrés Avelino de las Mercedes Caro Tobar
Padres: José Eusebio Caro Ibáñez y Blasina Tobar Pinzón
Esposa: Ana de Narváez y Guerra
Hijos: Victor Eduardo


Estadista, humanista, gramático, filólogo y filósofo.
La primera educación de Miguel Antonio Caro estuvo ampliamente influenciada por su padre, el escritor, filósofo y político santandereano José Eusebio Caro, y por su abuelo materno, Miguel Tovar.
Después de los primeros estudios que hizo con los jesuitas, y debido a las azarosas circunstancias en que se debatió el país en los años de su infancia y juventud, no le permitieron seguir estudios regulares. Por eso su formación fue la de un autodidacta, que supo aprovechar las enseñanzas de los libros de su pardre y de su abuelo, y de su propio espíritu de hombre de estudio, ejemplar en todos los campos que tocó.
Debido a su obra de humanista, legislador y publicista, se le confirieron más tarde, los títulos de Doctor honoris causa en Letras y Doctor honoris causa en Jurisprudencia de las universidades de Chile y México.
Iniciado en la vida política desde temprana edad, Caro se manifestó principalmente a través del periodismo. Su periódico El Tradicionista, publicado de noviembre de 1871 a agosto de 1876, fue sin duda la palestra donde no sólo luchó por sus ideas frente al radicalismo entonces imperante, sino donde expuso los principios que tanto habían de pesar en el proceso institucional de 1885-1886.
Caro, hijo de uno de los fundadores del partido conservador, nunca se sintió identificado con la manera como este partido llevaba su presencia en la vida nacional. Por esto, ya en los años del Tradicionista, concibió la idea de un partido católico, que no se hizo realidad por la desconfianza que en los medios de la curia bogotana suscitaba el solo pensamiento de que los laicos pudieran tomar la vocería de la Iglesia.
Años más tarde, en la década del ochenta, dio forma con Rafael Núñez al partido nacional, que hizo posible el movimiento de la Regeneración y que abrió el camino a la Constitución de 1886, inspirada por Núñez y redactada y defendida por Caro en el Consejo Nacional de Delegatarios.
Esta identificación con el Regenerador hizo que en el proceso electoral de 1891-1892 los dos aparecieran en la fórmula para presidente y vicepresidente de la República, asumiéndola Caro como vicepresidente encargado del poder ejecutivo, mientras Núñez permanecía en Cartagena, en su retiro de El Cabrero, con una titularidad que no ejerció. Muerto éste en septiembre de 1894, Caro terminó el período sin utilizar nunca el título de presidente, aunque de hecho lo era.
Uno de los gobiernos más extensos que se registran en la historia del país, seis años, fue ejercido por quien nunca utilizó el título de presidente, sino simplemente el de vicepresidente encargado del poder ejecutivo. El respeto que Caro sintió siempre por la obra de Núñez no le permitió asumir un título que, en su integridad, consideraba no le pertenecía.
La administración de Caro se inició el 7 de agosto de 1892 y terminó el 7 de agosto de 1898.
No fue ciertamente un gobierno fácil y tuvo que soportar la oposición decidida no sólo de los liberales, sino aún más implacable, la de los conservadores. Prácticamente a partir de 1897, la ruptura del conservatismo con Caro fue total. El liberalismo no se cita, porque de hecho se había autoeliminado: los elementos independientes de dicho partido, seguidores de Núñez, muerto éste volvieron a las filas de su partido, que como tal poco o nada contaba en ese momento.
Episodio candente fue la Revolución de 1895, a principios de ese año, cuando fuerzas liberales se levantaron contra el gobierno. Caro llamó entonces al general Rafael Reyes y lo puso al frente de los ejércitos legitimistas. Reyes planeó una campaña relámpago que inició en La Tribuna, adelante de Facatativá, bajó al Magdalena, siguió hasta la Costa Atlántica y entró por allí a Santander, donde estaba el foco de la revuelta, acabando con la guerra en Enciso y devolviendo la paz al país.
Ya en 1897 volvió a inquietar el proceso electoral, esta vez para buscar la sucesión de Caro en el gobierno. Salió victorioso el movimiento nacionalista con Manuel Antonio Sanclemente y José Manuel Marroquín, asumiendo el poder Sanclemente, el 7 de agosto de 1998.
Caro fue un hombre polifacético, que no admite ser enmarcado en una actividad muy específica. Era un humanista en el mejor sentido del vocablo, y su obra quedará siempre como referencia forzada de lo que logró hacerse aquí.
Era un humanista, y su obra quedará siempre como referencia forzada de lo que logró hacerse aquí. Si fuéramos a establecer un itinerario de la actividad intelectual de Caro, tal vez pudiéramos decir que nació de su interés por los problemas del lenguaje, pasó de allí a la filosofía y de ésta a la política, donde encontró campo propicio a su acción.
Fue uno de los fundadores y miembro de número de la Academia Colombiana de la Lengua y correspondiente de la Real Academia Española, y también de sus filiales de Chile y México. Infatigable escritor, está considerado como el primer ideólogo del pensamiento conservador colombiano.
Una de sus obras más notables, Estudio sobre el utilitarismo, Gramática latina la realizó con Rufino José Cuervo.
Fue un gran crítico literario, ensayista e historiador. Su obra poética es de estilo clásico. Escribió en latín y tradujo las obras de Virgilio.
Después de su muerte, fueron publicados algunos tomos de sus trabajos literarios. Cuando se creó Instituto Caro y Cuervo en 1942, dicho instituto se encargó de editar todas las obras de Caro, de las que ya ha publicado catorce tomos donde aparecen sus escritos filosóficos religiosos y educativos, sus estudios lingüísticos, gramaticales, filológicos, constitucionales y jurídicos y la Gramática de la Lengua Latina.